Hace varios meses atrás y muchísimo antes de saber que iba a ser Premio Nobel, Alice Munro anunció que dejaría de escribir; antes fue Philip Roth y entre medio, Murakami confesó que entre novela y novela dejaría de escribir por un tiempo. Se sentía agotado. Munro y Roth, a su manera, coincidieron en que la vida del escritor era una vida solitaria porque era absoluta entrega al objeto. Alguien a esa edad (los dos entre los 80 y Murakami, 70), con tantos fantasmas rondando por ahí, con un baúl lleno de recuerdos y con una mente que le exige conservar la lucidez no puede permanecer más en soledad. Ya está, le dieron la vida a la escritura. Es suficiente, como dijo Roth.
No sé cómo es la vida del escritor ni pretendo vivirla. Tan sólo me cuesta imaginar que es como en Stuck in Love. ¿Quién es el escritor? ¿un hipster cínico desenamorado o en permanente sufrimiento?