
Uno de los recuerdos que tengo cuando me fui a estudiar es una llamada telefónica de mi mamá. Fue diferente porque jamás me llama. Es una mujer ahorradora, demasiado para mi gusto. El motivo de la llamada había sido la delgadez y el repentino cambio de humor que observó en la última vez que nos habíamos visto. Desde mi traslado a la ciudad no eran muchas las veces que nos veíamos y cada vez que me abrazada luego de un largo tiempo, me decía que estaba flaca. Lo mismo mi abuela. "¿Comes bien?" repiten hasta el cansancio. Cuando los padres llevan largo tiempo sin ver ni vigilar sobre sus hijos, reconocen que están perdiendo parte de nosotros. Comenzamos a hacer o decir cosas que ya no reconocen. Sufren nuestras mutaciones. Cuando nos ven luego de un largo tiempo, ven lo inevitable, el perdernos y ya no legislar sobre nuestras vidas. Ven el cambio "insalvable" de sus hijos.
Tokyo Family cuenta el viaje de Shukichi y Tomiko desde una pequeña isla hacia la gran Tokyo. La pareja de septuagenarios viaja una semana para que Shukichi le de las condolencias a la familia de un viejo amigo que acaba de fallecer. Ese es el motivo superficial, porque en realidad, lo que anhelan hacer es reencontrarse con sus hijos ya crecidos: Koichi, el varón mayor y médico de la familia; Shigeko la única hija mujer y Shuji, el hijo mejor de la familia. El encuentro de los padres con sus hijos produce en ellos un sabor agridulce. Por un lado está su alegría por encontrarse con sus hijos, pero por el otro, está la tristeza y el desconcierto ya que cada uno se ha acoplado al ritmo frenético de la gran ciudad y, a pesar de las diferentes elecciones de vida que mantienen, sus hijos no han guardado un espacio para ellos.
Tokyo Family cuenta el viaje de Shukichi y Tomiko desde una pequeña isla hacia la gran Tokyo. La pareja de septuagenarios viaja una semana para que Shukichi le de las condolencias a la familia de un viejo amigo que acaba de fallecer. Ese es el motivo superficial, porque en realidad, lo que anhelan hacer es reencontrarse con sus hijos ya crecidos: Koichi, el varón mayor y médico de la familia; Shigeko la única hija mujer y Shuji, el hijo mejor de la familia. El encuentro de los padres con sus hijos produce en ellos un sabor agridulce. Por un lado está su alegría por encontrarse con sus hijos, pero por el otro, está la tristeza y el desconcierto ya que cada uno se ha acoplado al ritmo frenético de la gran ciudad y, a pesar de las diferentes elecciones de vida que mantienen, sus hijos no han guardado un espacio para ellos.