Hace varios meses atrás y muchísimo antes de saber que iba a ser Premio Nobel, Alice Munro anunció que dejaría de escribir; antes fue Philip Roth y entre medio, Murakami confesó que entre novela y novela dejaría de escribir por un tiempo. Se sentía agotado. Munro y Roth, a su manera, coincidieron en que la vida del escritor era una vida solitaria porque era absoluta entrega al objeto. Alguien a esa edad (los dos entre los 80 y Murakami, 70), con tantos fantasmas rondando por ahí, con un baúl lleno de recuerdos y con una mente que le exige conservar la lucidez no puede permanecer más en soledad. Ya está, le dieron la vida a la escritura. Es suficiente, como dijo Roth.
No sé cómo es la vida del escritor ni pretendo vivirla. Tan sólo me cuesta imaginar que es como en Stuck in Love. ¿Quién es el escritor? ¿un hipster cínico desenamorado o en permanente sufrimiento?
En la película Sam Borgens (Lilly Collins y me asusta la similitud del apellido con Borges) es una adolescente de 19 que, como su hermano menor Rusty, escriben desde el seno materno. Más o menos. Su padre, el también escritor William Borgens, les dio siempre a los dos un diario para que anoten ocurrencias, vivencias, formas de concebir y vivir la vida. Sam es una minita promiscua que tiene como referente los fracasos amorosos de sus padres, mientras que Rusty es un hosco muchachito virgen que sufre por una chica que se droga e intenta salvarla. Sam va a ser publicada y Rusty siente celos. William le aconseja que haga como su hermana, que salga a llenarse de experiencias para escribir. En fin, el chico es instigado a salir de su zona de comfort.
En tal sentido, no puedo evitar realizar una comparación entre Stuck in love y una de mis series favoritas, Girls. En la segunda temporada, Hannah aún busca ser esa voz de generación. Creo que todavía no sabe cómo o a través de quiénes. Por eso, cuando se postula para un trabajo freelance, dos personas le piden lo mismo: salir de la zona de comfort para experimentar y escribir sobre aquello. No quiero mencionar cuál es el resultado de Hannah (vean la serie) pero quiero destacar ese valor: la experiencia anecdótica en la escritura.
¿Hasta qué punto Rusty o Hannah tiene que vivir para escribir? ¿no se trata de escribir para vivir? Me pregunto si Murakami puso parte de su cuerpo físico en gran parte de todo lo que le aconteció a su galería de personajes. Tal vez sí y tal vez ceder el cuerpo sea parte del proceso. Pero no puedo evitar entender la literatura como un lugar de solitarios como Munro y Roth que en su casita, en un estudio, sin nadie, se sientan a pensar historias, investigar contextos, diseñar mundos y construir personajes que son cruelmente arrojados a vivir lo que ellos deciden. Puede ser que me esté equivocando. Puede que el escritor sea como los Borgens, la nueva estrella de rock.
Stuck in love es otra película de los dolores del amor pero como nuevo componente "novedoso" se agrega la figura del escritor que lo percibe y transmite desde una extra-sensibilidad. No obstante la novedad acaba diluida por el abanico de problemas amorosos que exhibe y el millón de citas literarias.
Pregunta: ¿Qué les pareció Stuck in love? y, fundamentalmente, ¿qué piensan de su retrato sobre la vida del escritor?
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